viernes, 12 de septiembre de 2025

¡Vaya planeta!: reflexión desde la ciencia ficción

Para nadie que haya leido algo de este blog será una sorpresa si digo que soy una persona a la que le gusta leer.

Si hacemos caso a lo que registra mi gestor de librería Calibre, desde que llevo usándolo (circa 2019) a la fecha he leido un poco más de 400 libros; algo así como un libro por semana... sin contar los que he vuelto a leer más de una vez, claro está.

Por supuesto, no todas mis lecturas las he reseñado en este blog, sea porque me parecieron poco interesantes o bien porque no fueron particularmente memorables: algunos libros son de autores más bien desconocidos o el tema del relato no daba realmente para una reseña en estas páginas.

Dicho lo anterior, paso ahora a comentar el libro "¡Vaya planeta!" ("Les étoiles ne s’en foutent pas"), una novela de ciencia ficción del autor frances Pierre Versins.

Comenzaré por decir que la traducción correcta del título sería "A las estrellas no les importa", n'est-ce pas vrai?, pero ya dirá el lector si, tras leer este comentario, el título en español es adecuado o no.

El relato fue escrito en 1954, por lo que el estilo, problemas de traducción aparte, puede resultar algo garruloso y alambicado para un lector actual, aunque la prosa del escritor desborda de esa ironía y fino humor que son característicos de la literatura francesa: ayer, ahora y siempre.

La narración es desde la perspectiva de una especie extraterrestre de más de 50,000 de nuestros años de antigüedad y que forma parte de una confederación tecnológicamente muy avanzada y pacífica, de dimensiones casi galácticas. En uno de sus viajes de exploración han encontrado en un extremo remoto de la galaxia evidencia de unas criaturas desconocidas que están dando sus primeros pasos en el viaje interestelar; intrigados deciden contactarlos...

...y resulta que somos nosotros: un pequeño planeta de múltiples naciones-estados, con una horrible historia de guerra, matanza y pillaje, complicado esto por racismo y explotación extrema de los recursos y de sus semejantes.

El lector puede imaginarse el espanto y el asco de estos extraterrestres y las decisiones a las que se ven obligados para preservación de la paz en el resto de la galaxia.

Aparte de alguna cosa curiosa por cómo se presenta el devenir de una civilización técnica avanzada,  considerando cuando fue escrita la novela, el relato resulta dinámico, absorbente y lleno de esa perspectiva a veces tan clara y lúcida de la que aparentemente solo es capaz la ciencia ficción, máxime considerando que los hechos y los lugares son supuestamente pura fantasía.

Me recordó vivamente el tipo de ficción que se encontraba en una estupenda colección llamada "Antología de novelas de anticipación", editada por Acervo en España, allá por los años 60: una narrativa llena de maravilla y donde lo aparentemente imposible puede volverse cotidiano, dejándonos de paso muchas reflexiones sobre lo que somos y lo que podemos llegar a ser, que ha sido y sigue siendo uno de los mayores aportes de la buena ciencia ficción, entretenimiento aparte.

El lector de esta reseña podría argumentar que la perspectiva del relato, y el poco halagueño retrato que hace de nuestra especie, corresponden a un momento histórico de la Tierra que ya fue superado. Por mi parte, aún veo a veces las noticias, internacionales y las nacionales también, y tengo una opinión algo distinta: guste o no, aunque escrita hace ya 70 años, esta novela tiene elementos de nuestra coexistencia que aún están vigentes y que son, en definitiva, lo que me ha movido a dejar este comentario.

Quiero pensar que, en vez de pesimista, estoy intentando ser un optimista bien informado e invito a mis lectores a sumarse a ese esfuerzo desde la buena literatura, que no importa cuando se ha escrito, si algo importante tiene que decirnos.

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