Lo primero es establecer un par de axiomas operacionales, con los cuales es posible enfrentar, aprovechar y hasta disfrutar de la crítica:
- Una obra nunca está terminada: sólo se deja de trabajar en ella.
- Nada puede gustarle a todo el mundo.
Ahora bien, una vez que la obra es experimentada por el público, es inevitable que éste exprese su opinión o sentir sobre la obra; incluso la apatía es una forma de crítica. :-(
En general, existen dos tipos de críticas, a las que yo doy un tratamiento distinto en cada caso.
Crítica Objetiva
En este caso, las observaciones son más bien de estructura y forma. En el caso de una aventura, responden a aspectos de narrativa y de interactividad.
Los problemas narrativos son los de cualquier obra literaria; redacción, ritmo, caracterización y diálogos de personajes, lenguaje, vocabulario y a veces gramática (sintaxis y ortografía... qué vergüenza).
Los problemas de interactividad tienen que ver con la mímesis e inmersión y los problemas que se derivan de una implementación técnicamente incorrecta de la aventura.
Estas críticas son producto de mi pericia (o pereza :P ) como autor (o de un testing insuficiente o apresurado; mea máxima culpa) y en general las tomo como reporte de bugs; son inestimables para pulir la obra desde el punto de vista técnico y en general procuro aprovecharlas todas.
Los que notan ese tipo de detalles, podrán ver que el número de versión de mis obras publicadas rara vez queda en 01.01.01 correspondiente a la publicación original; normalmente han pasado por uno o más ciclos (01.01.02 ó 01.01.03) de corrección después de ser publicadas.
Nadie es perfecto (véase el primer axioma).
Crítica Subjetiva
En este caso, las observaciones son estilísticas, y tiene más que ver con la impresión estética de la aventura en el lector/jugador que con aspectos técnicos. Esta es la más provechosa de las críticas y, por lo mismo, la más difícil de manejar (y digerir).
En algunos casos, se trata de temas de gusto (y para eso, el segundo axioma) de los cuales se puede aprender no poco; algunas cosas pueden provocar fuertes reacciones de rechazo o atracción en la gente... y es decisión del autor el prescindir, provocar o evitar dichas reacciones (especialmente si la obra tiene un componente de denuncia).
Superado el tema de los gustos, llegamos a la crítica más delicada, que es precisamente la que evidencia mi falta de madurez como autor; no en los aspectos técnicos, pero creativos: la capacidad de crear un relato no solo inteligible sino interesante, atractivo desde el punto de vista narrativo (una buena historia) e interactivo a la vez (una buena aventura).... y en esto sólo se mejora con el tiempo: escribiendo/programando nuevas aventuras, publicándolas y recibiendo nuevas críticas.
¿Y Después?
Finalmente, lo más adecuado (de cara al público) es recopilar todas las críticas (sean o no del gusto del autor), cuidando de dejar "ocultos" (invisibles para el observador casual, pero aun legibles) los spoilers: aspectos de la crítica que puedan disminuir la novedad y el descubrimiento para quien aun no ha leído/jugado la aventura.
Después de leer todo esto, los que todavía quieran leer críticas de mis trabajos de ficción interactiva, vayan a mi página y podrán leer, en la sección "Comentarios" de la página de cada una de mis obras, lo que se ha dicho a la fecha... y estimar si he aprovechado o no la crítica. ;-)
¡Hasta pronto!
Respecto a lo primero que dices, Incanus, creo que el problema no es sí se trata de que la obra sea sólo autogratificante, sino si el autor al escribir siente necesidad de comunicar con sus lectores. Yo creo que sí, al menos es el caso del autor que publica. Desde ese punto de vista es evidente que todo autor que desea comunicar algo con su obra, espera críticas.
ResponderEliminarEn efecto; a menos que la obra haya sido creada como experiencia catártica, crear ==> publicar ==> público... el que puede criticar o (la peor de las críticas) permanecer indiferente.
ResponderEliminarSupongo que sería ingenuo (o al menos muy inexperto) ser autor y publicar esperando recibir nada más que flores y elogios.