viernes, 30 de abril de 2021

Creando una aventura de texto I: motivación e inspiración

Introducción

Como anuncié anteriormente, comenzaré una serie de artículos en los que me referiré a mi proceso creativo (etapas y tareas) para crear una aventura de texto.

La idea rondaba hace ya un tiempo en mi cabeza y miembros de la comunidad me han indicado que este tipo de literatura puede ser de utilidad a los que se están iniciando en estas lides o desearían hacerlo; nada me gustaría más que apoyar a esos incipientes autores, máxime desde mi propia experiencia.

En general, salvo que sea imprescindible o en verdad relevante, evitaré en esta serie la alusión a tecnologías de implementación o sistemas de autoría específicos, concentrándome en cambio en las consideraciones, dificultades y tareas creativas asociadas a mi propio proceso creativo.

Iniciaré la serie con lo que probablemente sean los aspectos más imprecisos y a la vez más trascendentes: motivación e inspiración.

Advertencia

En adelante, en este artículo y en la serie, por consideraciones de tiempo de escritura usaré los términos "aventuras" o "aventura" a secas (o incluso la abreviatura "A.") para referirme a la o las aventuras de texto, sea como el "juego" resultante del proceso o en cuanto a fenomenología creativa (ejem).

Estoy perfectamente consciente de que puedo estar pasando a llevar convenciones o consideraciones muy caras a los puristas del lenguaje y/o de la ficción interactiva, pero esa discusión no atañe a este blog ni a quien esto escribe... y acaso tampoco en demasía a mis lectores, ya que estamos.

Motivación

En mi caso, la principal razón para crear aventuras es el deseo de contar historias, con el añadido de que, tratándose de ficción interactiva, se trata literal y literariamente de más de una sola historia, con un componente de desarrollo y expresión narrativos importante.

Hago esta puntualización porque no necesariamente una aventura tiene por fuerza que tener un origen o una expresión literaria o narrativa importante o como elemento imprescindible. Existen y existirán estupendas y muy disfrutables aventuras donde la literatura (los textos desplegados) será escaza o la justa, sin que ello sea detrimento del resultado ni de su experiencia lúdica o interactiva.

Por el contrario, hay situaciones e interacciones de una aventura que deben resolverse en forma tersa, breve o hasta escueta, ya sea por necesidad de la historia,  para no echar a perder la experiencia de la A. o derechamente por el estilo del autor.

En efecto, para el autor de este blog este es un aspecto delicado a tener en consideración, toda vez que la narrativa interactiva tiene sus propias reglas y equilibrios, precisamente para que la ficción no ahogue lo interactivo... ni vice versa.

Resumiendo: lo que me mueve a crear aventuras es el deseo de contar historias, historias que se abren y se ramifican en la medida que son experimentadas por el lector.

Inspiración

Lo único coherente que he destilado después de varios años de autoría de aventuras es que en esto de la inspiración lo único que está vetado es precisamente el vetar fuentes de inspiración.

Cada cosa que el autor haya vivido, escuchado, visto, imaginado, leído o escrito anteriormente es una fuente válida de inspiración y es de hecho problemático el poner cortapisas en este sentido. Incluyo como limitación innecesaria, por cierto, el socorrido y peliagudo tema de la originalidad, copia descarada aparte, claro está.

Si bien este asunto fue desarrollado anteriormente en este blog, haciendo una "raya para la suma" es absolutamente imposible ser completamente original en una expresión creativa cualquiera pero máxime en las aventuras, precisamente porque para ser entendidas o acaso disfrutadas se requiere (en mi opinión, pero...) de un sustrato mínimo o común entre autor y lector cual es, a saber, el lenguaje.

El lenguaje y los mundos que crea o comunica deben tener necesariamente elementos familiares o asimilables por lector y autor. Sin duda, si yo grth kjlo gef driwe garuda tolkuato y por su parte el lector nmje qwet ñolka zemjo kenpli chamero entonces wref nokto klenko... pero si lo anterior pudiera ser glosolalia aleatoria (creo) no sería original, mucho menos si estamos hablando de un relato interactivo "disfrutable" más allá de la experimentación o la psicodelia.

Como se deduce, esto de la inspiración no es un tema resuelto ni fácil, toda vez que en el caso de las A. el autor deberá llegar desde la idea o inspiración "germen" a la historia interactiva, con todas sus "partes y piezas" que dilucidaremos en los siguientes artículos de esta serie...

...y para aquello el autor no podrá, por fuerza, inventarlo todo de cero en pos de una originalidad (reitero) inútil y hasta contraproducente como cota para la inspiración.

Para concluir: si un o una [lo que sea] lleva al autor a querer crear una aventura, aquello es inspiración válida, sea esta original o no.

Con esto concluye el primer artículo de la serie. En el próximo episodio explicaré cómo hago para concretar esa inspiración en una aventura.

¡Hasta pronto!

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