viernes, 26 de octubre de 2007

Un Fuego Sobre El Abismo

En esta oportunidad comentaré la novela "Un Fuego Sobre El Abismo" (A Fire Upon the Deep), perteneciente a la --aun inacabada-- Trilogía del Abismo de Vernor Vinge.

De acuerdo a la novela, nuestra galaxia estaría astronómicamente organizada en "Zonas de Pensamiento", con límites más o menos precisos, dentro de las cuales sólo es posible cierto grado de capacidad tecnológica:

  • Las Profundidades: el núcleo de la galaxia y el nivel más bajo. La inteligencia (orgánica o mecánica) funciona apenas y si acaso. El viaje espacial es practica mente imposible, requiriendo enormes naves con niveles de automatización casi neolíticos y con cantidades absurdas de redundancia para apenas funcionar y arrastrarse como caracol por el espacio. La exploración de esta zona es tan lenta y viable como contar granos de arena de una playa... a ciegas.
  • La Lentidud: es el siguiente nivel. El viaje y las comunicaciones espaciales son posibles... pero todo es con tecnología sublumínica (naves generacionales, estatocolectoras) la inteligencia más allá del nivel humano es imposible, la nanotecnología no funciona del todo bien... el equivalente del medioevo de la exploración espacial. La Tierra está profundamente inmersa en esta zona (esperanzador ¿verdad?)
  • El Allá: el siguiente nivel y la antesala a la trascendencia material y mental. El viaje supralumínico es posible, así como las comunicaciones supralumínicas... a un costo elevado, con arreglos transmisores/receptores del tamaño de sistemas solares. La antigravedad, las inteligencias artificiales y las interfaces mentales con ellas funcionan y son posibles, con diversos grados de eficiencia y eficacia, según la "altura" del Allá en que se intenten (Allá Bajo, Medio y Alto).
  • El Trascenso: el último nivel, donde los Poderes, entidades incomprensibles e inaccesibles, formadas a partir de una civilización completa del Allá Alto, realizan su "tareas cotidianas": comunicación y transporte instantáneos y a bajo costo energético, creación rutinaria de esferas dyson (como quien compra pilas)... en fin, naderías para entes cuasi divinos.
Por supuesto, el "movimiento social" (el ascenso entre zonas) existe, más rápido (miles de años) o más lento (miles de millones de años) según que tan "abajo" o "arriba" se esté. Algunos exploradores osados (verdaderas leyendas) se arriesgan a bajar desde El Allá a La Lentitud usando naves con una extraña mezcla de lo primitivo y lo hipertecnificado (lo anacrónico en El Allá es lo único que funciona en la Lentitud: "lleve repuestos alternativos")... y no siempre regresan.

...Y he aquí que una civilización (humana, para variar) hace un descubrimiento en el Allá: algo parecido a un Poder, La Plaga, que estaba dormido y se despierta con mucha hambre.

El relato alterna con los sobrevivientes, científicos fugitivos, "descubridores" de La Plaga, que caen en un mundo medieval (en el límite del Allá Bajo) y los interesados en rescatarlos para conseguir su ayuda contra La Plaga.

Ambos grupos están en estadios tecnológicos a abismos de distancia... pero deben enfrentar los mismos viejos problemas de lealtad, traición, cooperación y egoísmo, que no saben de Zona alguna.

Una novela interesantísima, con su habitual ensalada de extraterrestres, y con una narrativa notable para reflejar esos puntos de vista no humanos. Muy recomendable para amantes de la ciencia ficción que no temen asomarse a relatos con vastas perspectivas de fondo (los que hayan jugado a Regreso al Edén sabrán de qué hablo). Es un libro relativamente sencillo de encontrar (también en Español) pero, como siempre, los que tengan problemas para conseguirlo pueden contactarme en los comentarios del post.

¡Hasta la próxima semana!

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