sábado, 8 de mayo de 2021

A quemarropa: ajuste de cuentas

El género policial y en particular la novela negra es rara vez visitado en las reseñas de este blog pero, movido por un impulso o la curiosidad, decidí leer "A quemarropa" (The Hunter) de Richard Stark, pseudónimo del autor norteamericano Donald E. Westlake.

El libro es la primera de una larga serie de novelas del género centradas en la figura de Parker, protagonista y lo menos parecido a un héroe de estos relatos.

"A quemarropa" nos presentan a Parker (así, a secas) como un ladrón especializado en asaltos a bancos, camiones blindados y robo en general, "operando" a principio de los años 60. Durante los últimos dieciocho años Parker ha llevado una vida relativamente cómoda, con no más de dos "trabajos" escogidos con cuidado al año y viviendo el resto del tiempo de sus ganancias en hoteles y resorts, en compañía de su mujer y sin mayores horizontes que disfrutar de la buena vida.

El relato comienza con Parker entrando, sin embargo, como un vagabundo a New York; ha cruzado medio país en calidad de mendigo después de una fuga de la cárcel, donde estuvo prisionero varios meses, tras ser ingresado al penal como pordiosero. Su captura ocurrió poco después de la traición de su esposa y uno de sus socios, la noche posterior al termino exitoso de lo que para Parker sólo era otro robo más: ha sobrevivido a un disparo a quemarropa de su mujer y al incendio de la cabaña en la que lo abandonaron, dándolo por muerto.

Parker ha llegado a la ciudad con dos objetivos muy simples. Primero, vengarse de Linda, su "viuda" y de Mal Resnick, el socio que lo traicionó para pagarle a la mafia una deuda que le permitiera colver al "Sindicato", la mayor organización criminal corporativa del país. Segundo, quiere recuperar la parte del botín que le corresponde: la mitad, ni más ni menos.

Entraremos así en el pequeño gran universo de personajes del mundillo criminal a los que Parker acudirá para dar con sus objetivos, valiéndose de su ingenio, voluntad y un absoluto desprecio por cualquier moral, ley u obstáculo que se le presente: matará si debe hacerlo, vigilará y entrará a la fuerza en cuanta oficina, hogar o comercio haga falta; negociará, persuadirá, amenazará y violentará a quien sirva a sus propósitos, sin distinguir de gente común o criminales y entre aquellos, no importando si son "profesionales independientes" o personajes más o menos encumbrados en la jerarquía del "Sindicato".

Su empeño cejará sólamente cuando haya ajustado cuentas... en todos los sentidos y con todos quienes él estima que le adeudan o le deben algo: lealtad o dinero, todo es igual.

Quienes hayan leido relatos policiales saben que nos encontramos frente a una de las obras de referencia del género, particularmente por su (digamos) fascinante protagonista, que pese a su brutalidad resulta sin embargo (y tal vez por eso mismo) atractivo de observar, especialmente cuando sale adelante de situaciones difíciles cuando no imposibles, las haya causado él o no. Como otro personaje ya reseñado en este blog, Parker es leal a sí mismo y a sus intereses, aunque a diferencia de aquél sí tenga ciertas nociones de obligación y respeto para los que le son fieles o cumplen la palabra empeñada.

El resto son, sencillamente, presas...

Quienes gusten del relato de acción y crímenes disfrutarán de la opera prima de este personaje: una lectura envolvente, tensa y que robará (je) su atención y tiempo hasta llegar al final. Por otra parte, si al lector le desagrada la falta de apego a "la ley y el orden", tendrá que buscar alternativas menos emocionantes...

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