domingo, 25 de abril de 2010

La carretera: lo importante es el camino

El viaje se ha utilizado como recurso literario desde los comienzos de la historia de la novela. El avance lento por un camino, en pos de alguna misión, enfrentado situaciones y personajes a medida que se avanza, ha sido visitado con singular éxito en la literatura grande y la pequeña: "Don Quijote de la Mancha", "El señor de los anillos", la serie de la Torre Oscura (comentada en este blog) son algunos ejemplos conocidos.

"La carretera" (The Road), novela del escritor estadounidense Cormac McCarthy, es un excelente nuevo ejemplo, que comentaré en este post.

El relato se centra en el periplo de un padre y su hijo a lo largo de los remanentes de una carretera estadounidense en un paisaje post apocalíptico, donde aparte de los protagonistas y otros poquísimos sobre vivientes, ya no queda casi nada con vida. Los personajes huyen de una ubicación original no especificada, en pos de la costa, donde esperan encontrar condiciones climáticas (y humanas) menos hostiles.

El cataclismo, ocurrido antes del nacimiento del niño, nunca es explicitado en su naturaleza, pero las consecuencias en el ecosistema (cenizas por todos lados, vida vegetal y animal aniquilada, escasa luz solar y clima muy frío) y en la sociedad (ciudades consumidas en conflagraciones masivas, comunidades acaso tribales, supervivencia por depredación mutua o por forrajeo de restos en las ruinas) sugieren algún conflicto nuclear importante ("intercambio no limitado").

El autor describe estos elementos con crudo detalle, pero, sin embargo, son sólo el telón de fondo para narrar la relación de mutuo soporte y aprendizaje de los protagonistas, con una prosa bellísima, pausada, envolvente, que, sin ocultar las debilidades de estas personas, resalta sobre todo sus fortalezas, especialmente su vínculo de amor: un amor hermoso, tierno, absolutamente indestructible frente a la desolación y barbarie universales que los rodean.

"El hombre" y "el niño" (sin nombres propios enunciados en parte alguna del relato) hablan poco, pero sus breves diálogos dibujan con sutileza su mundo interior, alternando por cierto la narración entre las urgencias cotidianas por avanzar, mantenerse vivos ...y los recuerdos pre cataclismo del padre, donde escasamente aparece la madre del niño.

Es, sin serlo, una excelente novela sobre la ecología, la importancia de la familia... y la sobrevivencia de la vida y del afecto en condiciones extremas. Después de su lectura no se puede sino mirar con otros ojos este mundo nuestro, tan frágil, tan lleno de belleza, de felicidad y miseria.

Muy recomendable novela para quienes gusten del relato psicólogico y/o de los relatos post apocalípticos, aunque esta novela no es ciencia ficción.

Por cierto, quienes gusten de la ficción interactiva, pueden leer a propósito mi relato "Afuera" escrito/programado mucho antes de leer esta novela. El tema está relacionado aunque el enfoque es algo más que ligeramente distinto...

martes, 20 de abril de 2010

Hacia la CiviliComp: Alfa Testing (I)

Como anuncié aquí primero y luego en el foro del CAAD, estoy en plena creación de "Modus Vivendi", mi participación para la CiviliComp, una competencia temática dedicada a los relatos interactivos de género histórico.

En estos momentos ya tengo una versión plenamente "jugable" del primero de 3 actos que constituyen el relato. La aventura tiene localidades, objetos, PSIs y puzzles, con algo de literatura: está, digamos, en los huesos. Luego, no tiene decorados, ambientación, ayuda, pistas, feelies, etc. La idea original era hacer el alfa-testing de cada acto en ese estadio de desarrollo y probar luego la obra completa en el beta-testing.

Como todos los planes, sonaba muy bien en el papel.

Sin embargo, bastó la primera ronda de pruebas para que Jarel, el tester del primer acto, notara cosas que, con el estado actual de desarrollo, sencillamente no se sostienen... desde el punto de vista del relato.

Si bien el propósito del alfa-testing es probar la mecánica del juego y no su substancia, el hecho es que los primeros comentarios comprobaron que, sin lugar a dudas, yo no soy un autor de aventuras conversacionales puras, sino más bien un autor de ficción interactiva.

Me explico: esta versión, como dice más arriba, tiene descripciones más bien básicas y no incluye introducción alguna, decorados o efectos ambientales... todas las cosas que yo considero primordiales y no secundarias a los puzzles y a la interactividad en general. Así, ha resultado un relato frío, descarnado y en algunos casos hasta psicótico, con un personaje con motivaciones poco claras o hasta despiadadas.

Falta, en efecto, todo lo demás: la ciudad, su trajín, el ánimo y personalidad del protagonista y de los PSIs, sus motivaciones y deseos... en fin, todo lo que yo suelo poner en la literatura de la introducción y en las descripciones de localidades, objetos, PSIs, decorados, amen de los efectos ambientales. Dicho sea de paso, admiro sobremanera a quienes, con menos recursos y/o textos, logran armar una AC que no chirríe y espante como la mía... en su estado actual, es verdad.

Así las cosas, la opción adoptada es completar cada acto con su literatura, decorados y ambientación (al menos) antes de pasar al testing, por muy alfa o unitarias que sean las pruebas...

...lo que, por supuesto es más trabajo antes de probar cada acto del relato ;-) pero consigue un testing más provechoso.

Pronto (bueno, no tanto) les contaré aquí cómo me fue con las pruebas sobre el relato más "completo".