sábado, 26 de marzo de 2022

Hecho en Pavo

Buscando un poco de levedad en estos tiempos tan graves, vuelvo a la sección del blog dedicada a los "horrores" ortográficos, trayendo a ustedes un caso que acaso recuerde al lector una reseña publicada recientemente.

Aquí tenemos un etiquetado casi anodino por lo habitual: se indica la procedencia de un artículo, primero en inglés como para indicar su país de origen y luego traducido a idioma local. En particular, se trataría de un producto de origen turco, pues se lee Made in Turkey.

Lamentablemente, la traducción al español (que no al francés) confundió alegremente el país con un animal (escritos del mismo modo en inglés) con el resultado a la vista: el comprador está adquiriendo un producto "Hecho en Pavo".

Quedamos entonces entre la sorpresa y la duda de saber si en definitiva estamos leyendo un juicio sobre la astucia del traductor, la inteligencia del comprador o bien de un nuevo y poco avispado país...

domingo, 20 de marzo de 2022

Talos Editor: creación de librojuegos en línea

Una de las cosas que caracteriza una afición y una comunidad activa es la creación de nuevas herramientas que permitan a sus miembros aportar con trabajos de interés de esa afición y comunidad.

Precisamente, Billy Y. Fernández es uno de los miembros destacados por su actividad en la comunidad de ficción ineractiva en español: ha creado IFPUBS, biblioteca ya reseñada en este blog y, como autor, ha publicado varios trabajos de ficción interactiva en su página Textagames de itch.io.

Además de todo ello, ahora está presentando una nueva herramienta para creación en línea de librojuegos: Talos Editor.  En palabras de su creador:

Talos Editor es un entorno de desarrollo de librojuegos construido con tecnologías web, enfocado en la simplicidad y en reducir las frustraciones durante el proceso creativo.

La herramienta toma prestadas  las mecánicas de diseño de Pangamebook (un filtro de Pandoc para generar también librojuegos), expande sus características y las envuelve en un entorno moderno, productivo y amigable, sin dependencias externas, todo desde el navegador.

El entorno permite crear como salida documentos de librojuegos en formatos HTML, EPUB, Docx y PDF, todos ellos con amplio soporte en múltiples plataformas y que, a efectos de publicación y distribución, pueden disfrutarse tanto en línea como mediate descarga y software lector local.

Hay ejemplos y documentación disponibles para el iniciado, aunque como se trata de una herramienta en línea es importante recordar que el librojuego se guarda en la caché del navegador, por lo que es recomendable hacer copias de seguridad habitualmente. En efecto: si por alguna razón se borrara la caché del navegador antes de guardar una copia del trabajo en curso, el autor perdería todo su trabajo. Así pues ¡respaldos!

Desde ya invitamos a la comunidad a usar Talos Editor para crear librojuegos y también se solicita dejar sus comentarios en la página de la herramienta, para así ir mejorándola.

Una nueva herramienta de creación de ficción interactiva, lo que siempre son buenas noticias en este blog.

sábado, 19 de marzo de 2022

Danza macabra: un estudio del horror

Continuando con esto de las reseñas de ensayos y habiendo comentado ya un libro al uso sobre ficción interactiva, corresponde ahora hacer una reseña de ensayo sobre literatura "tradicional". Puestos a ello, qué mejor que hacerlo sobre la ficción literaria de horror, tema frecuente en este blog y comentado no pocas veces desde sus inicios.

Es esto del horror un tema tan antiguo como la narrativa misma, pues incluso en su forma oral todas las culturas humanas de antiguo han echado mano de esta especie de masoquismo que es el cuento de miedo, al que volvemos una y otra vez, como si la vida diaria no tuviera suficiente zozobra e inquietud.

El libro que he escogido en esta oportunidad es "Danza Macabra" (Danse Macabre) del autor norteamericano Stephen King, también habitual de este blog. No siendo académico literario, el autor es (qué duda cabe) experto en la materia desde el punto de vista creativo, especialmente en la ficción literaria. El libro fue escrito a partir de apuntes para un curso universitario dictado por King en la década de 1970, pero el escritor se explayará lo suyo a partir de ahí, acrecentado lo investigado con sus vivencias (personales y profesionales) en torno al tema, ya sea en la literatura como en otros medios. 

Comenzará el autor por explicarnos su motivación para escribir esta obra, con algunas de las claves que el autor entiende que llevan al aficionado (lector o espectador en general) a disfrutar (es un decir) del género. King hace de entrada una taxonomía del horror, graduándolo según estilo o pericia del autor:

  1. Primero y por encima de todo está el terror, la emoción o estado psicológico más elemental y que el autor procura como fruto dilecto de su obra: un estado de tensión previo que debe mantenerse todo lo razonablemente posible.
  2. Luego está el horror, esa sorpresa al final del terror.
  3. Al final de la escala está el asco, un reflejo visceral y truco barato a fin de cuentas.
En las cándidas palabras del autor:

Reconozco el terror como la principal emoción, así que trato de aterrorizar al lector. Pero si me parece que no puedo aterrorizarle, voy a intentar horrorizarle, y si veo que no puedo horrorizarle, intentaré asquearle. No estoy orgulloso.

A continuación y hurgando en la historia reciente de la literatura, King discutirá sobre tres obras que considera capitales o fundacionales para el horror, especialmente por los tópicos y arquetipos de personajes que éstas suponen para el horror en la literatura y luego en otros medios: "Frankenstein" de Mary Shelley, "Drácula" de Bram Stoker y "El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde" de Robert Louis Stevenson; todos verdaderos clásicos de la literatura victoriana y cada uno carta mayor de lo que King denomina el tarot del horror. En efecto, a poco indagar se encuentra uno con elementos tan antiguos como la xenofobia, los tabúes sexuales o los ideales inspirados en Apolo (el hombre-dios) o Dioniso (el hombre-animal); cada uno de ellos con sus propias pulsiones o motivaciones en la sique humana.

Después hará un interludio autobiográfico, comentando sobre su infancia, precaria en lo económico y casi sin recuerdos de un padre que les abandonó cuando el tenía apenas 2 años. Las vivencias con su hermano mayor y sus parientes configuran un pequeño mundo, real e imaginario, que acrecentarán en el autor el gusto por las historias. Culmina este recuerdo con el hallazgo de algunos libros de su padre, única herencia que dará pleno provecho en el futuro de King, especialmente a partir del impacto que en él producirá una antología de H. P. Lovecraft, otro gigante seminal del horror literario y que abrirá al autor las puertas de lo que en definitiva sería su profesión.

Continuando con la evolución del género, estamos en los días de la radio, en los que el impacto de la narración oral y la forzosa necesidad de estimular la imaginación (en ausencia de lo visual) harán crecer el género y su penetración en la cultura de mediados del siglo XX.

Llegamos así al cine, que King revisará con gusto, recorriendo lo bueno y lo malo de la producción fílmica desde los años 50 hasta los años 80, cuando la edición original de este libro: el autor rescata en efecto las películas malas que sin embargo algo tienen que decir y que a la larga contribuyen, desde abajo y a su manera, al corpus del género. Como suele ocurrir, los temas de las producciones suelen reflejar los intereses y las preocupaciones de cada década... pero en el caso del horror el cine nos informa además de nuestros temores: los miedos y las pesadillas de una sociedad que trasciende (y a veces ignora) al individuo.

Cumplida la revisión del cine, le toca el turno a la televisión, repasando varias series norteamericanas clásicas, todas con sus más y menos; no tanto por las limitaciones técnicas del medio como por la falta de calidad en los guiones, comprometida como está la televisión con sus auspiciadores: se trata de un medio con fines publicitarios primero, comerciales segundo y con resultados de entretenimiento, estéticos o artísticos más por casualidad que de intento, especialmente dados los estándares de lo que se puede o no mostrar cuando no hay derechamente censura. Pocas cosas buenas tiene el autor que decir de "La teta de vidrio”, según la bautizó Harlan Ellison.

Casi hacia el final del libro se completa el círculo y King revisa nuevamente la literatura de horror, abordando obras significativas y de data más reciente, las que pese a su novedad ya han dejado huella en la cultura popular y creado escuela, que no es poco.

Por último, la lectura se cierra con la sutil danza entre la ficción y la realidad: hasta qué punto el horror (en cualesquiera de sus medios) puede ser considerado una influencia válida o incluso excusa para los actos detestables del ser humano.

Aquellos familiarizados con la obra de Stephen King no se sorprenderán de leer una obra escrita en tono liviano, con una prosa a ratos desenfadada  o deslenguada, cuando no irónica o mordaz, siempre evitando la retórica estéril ("mierda académica" en sus palabras), con un tono llano y falto de toda pedantería.

Es por ende una lectura interesante, absorbente y muy entretenida a pesar de lo escabroso del tema tratado. Pronto comienza uno a compartir la ¿mórbida? fascinación del autor, máxime cuando las virtudes (y debilidades) del género son tan correctamente expuestas por alguien que se sumerge a menudo en ello por trabajo.

Si usted lee este tipo de literatura, dese el gusto de conocer este libro para empaparse y mejor conocer y disfrutar de lo bueno, lo excelso y de la deliciosa seducción de lo horrible, fruto dilecto del horror, en cualesquiera de sus medios.

Ahora bien, si usted no conoce o piensa que no le gusta el género, dele una oportunidad: coja el libro, recorra la galería oscura, abra la puerta ajada al final del pasillo en tinieblas y disfrute con los escalofríos por venir...

martes, 15 de marzo de 2022

Servidor de Discord del CAAD

Una breve nota para anunciar la creación de un servidor Discord del CAAD.

Además, se ha creado una cuenta de Twitter para esta comunidad.

Sirvan estos medios para mejorar la interacción de la comunidad de aficionados a la ficción interactiva y adaptarla a estos tiempos que corren.

¡Nos vemos en línea!

sábado, 12 de marzo de 2022

Esto te va a doler: primero no hacer daño no aplica al doctor

En general, en este blog no he escrito reseñas sobre temas vocacionales, salvo lo referido a la autoría de ficción interactiva. En efecto, aquella suele ser literatura más bien árida y no siempre de lectura grata o demasiado interesante: de hecho, cuando el lector aborda ese tipo de ensayo suele hacerlo precisamente desde el interés y experiencia personal, aspectos sumamente variables de un individuo a otro.

Sin embargo, el tema de la salud y su cuidado es, creo, suficientemente universal: en uno u otro momento todos hemos tenido que atendernos en centros médicos y (según los medios de cada uno) en particular en lo que se suele llamar el sistema de salud pública. La experiencia del paciente varía de un país a otro pues, como suele ocurrir con todo, el nivel de calidad de la atención así como los tiempos de espera van según los medios económicos de cada país... o eso se supone.

Todo eso desde el punto de vista del paciente, claro. Pero la otra cara de la moneda, las vicisitudes de los médicos, enfermeras y personal de atención primaria en general suele pasarse habitualmente por alto, como si ellos no fueran personas con sus propias dificultades, necesidades, fatigas y (sorpresa) problemas de salud.

Dicho eso, en esta ocasión voy a comentar el libro "Esto te va a doler" (This is Going To Hurt) del autor británico Adam Kay.

Actualmente Adam es humorista y escritor de guiones para cine y televisión, pero antes de eso ejerció la medicina como gineco obstetra. En su caso, esto quiere decir que su práctica profesional tuvo un paso obligado por el Sistema de Salud Nacional (NHS) británico, donde trabajó durante varios años.

La lectura nos llevará a asistir a los comienzos, el progreso y el avance de la práctica médica del autor, en base a una serie de breves anécdotas episódicas tomadas de un diario de registro profesional pero que, inevitablemente, se vuelve más y más personal a medida que el tiempo pasa y los rigores de su trabajo comienzan a pasarle la cuenta al joven doctor: en su cuerpo y en su mente.

Conoceremos así su ordalía con el sobretiempo, el abuso de sus superiores y de los pacientes, las dificultades kafkianas de requerimientos administrativos que la informática acrecienta en vez de resolver... y la lenta pero inexorable degradación de la vida personal de Adam, que sencillamente no puede con todo y tampoco tiene tiempo para nada fuera de su trabajo.

Aunque la prosa es de tono liviano, el lector no se ahorrará detalles más bien escabrosos de la especialidad médica del autor, donde no hay espacio para el error humano: hay vidas de por medio, máxime de niños por nacer, pero a los doctores y tratantes en general se les somete a exigencias de tiempo, resistencia y dedicación que ignoran o derechamente atropellan su condición humana, con toda su fragilidad e inevitable falibilidad.

Y es que los doctores son también personas, aunque esto resulte inconveniente para un sistema de salud y una opinión pública insensibles y desmedidos en sus expectativas, sazonado todo ello con la habitual estulticia demagógica de los políticos (pequeños sátrapas de nuestros tiempos) cuya contribución al problema es que existan menos recursos y mecanismos de soporte o alivio, lo que no hace más que empeorar las condiciones laborales de los tratantes.

Todo ello determinará el quebranto y finalmente el abandono de la profesión médica por parte de Adam: no por falta de vocación sino porque su espíritu ha quedado herido más allá de cualquier cura.

Será el tiempo, la calma y la perspectiva desde afuera lo que llevarán al autor a crear este libro, que en su país no pasó desapercibido, exponiendo una realidad que merecía ser gritada en la cara de cuantos preferían ignorarla o negarla.

A pesar de lo dicho, estamos frente a una lectura sumamente amena e interesante de principio a fin, escrita con mucho humor y no poca ironía, pero que es a la postre una loa al sacrificio y abnegación de quienes trabajan sin descanso y poco agradecimiento en esto que se ha dado en llamar "la salud", olvidando que para hacer esa masa es necesario moler trigo y hacer harina con los seres humanos que hacen posible que aquello funcione.

Lectura sumamente recomendable para todos quienes quieran saber más del tema de la salud pública, que no varía demasiado cuando se supone que sí existen los recursos y los medios: quiera el lector conocer este libro y luego mirar con otros ojos algo que todos damos por sentado, sin saber realmente cuánto vale ni todo lo que les cuesta a aquellos que prestan este servicio.

sábado, 5 de marzo de 2022

La guía xenófoba de los italianos: tener pasta o que te tomen para el fideo...

No toda la literatura seria es forzosamente aburrida y no todo lo que es divertido es necesariamente humorístico.

Sin ir más lejos, en este blog el lector encontrará literatura de ensayo que no por ello es de lectura árida o falta de humor; aquella, probablemente, es la que mejor enseña y permite aprender o acaso mejorar a las gentes: castigat ridendo mores sigue y seguirá siendo cierto... y quiero pensar que este blog ha servido en algo como aporte de aquello (mercí, Jean).

Dicho eso, en esta ocasión comentaré el libro "La guía xenófoba de los italianos" (The Xenophobe's Guide to the Italians).

El libro pertenece a una amplia serie, cuya primera toma de contacto fue en una librería inglesa donde encontré el libro relativo a (¡sorpresa!) los ingleses. A poco leerlo me di cuenta de que se trataba de una obra amena, informativa y divertidísima, por lo que lo adquirí de inmediato y lo devoré en cuestión de un par de horas.

Desde entonces, he ido leyendo distintos episodios dedicados a varias nacionalidades y nunca me he arrepentido con ninguna de mis experiencias a la fecha.

He decidido reseñar primero el volumen dedicado a los italianos, quizás por cierta afinidad cultural que tengo con esas gentes: he tenido ocasión de alternar y vivir con varias personas de esa nacionalidad o con lazos con esa cultura y la verdad es que me picaba un poco la curiosidad el conocer la perspectiva que podía tener este libro, especialmente por el enfoque más humorístico que académico que caracteriza la serie.

A diferencia de otro caso ya reseñado en este blog, cada uno de estos libros en general es de extensión breve, exhaustivos en cuanto a la variedad los temas tratados pero con no demasiada profundidad en cada ítem tratado.

La lectura nos introduce primero que nada al contexto actual de Italia dentro de la Unión Europea, partiendo por la visión que los habitantes de los países vecinos y extranjeros en general tienen de los italianos, para después comparar cómo los italianos ven a los demás (gli altri), con una lucidez y candidez desarmantes.

Pasaremos luego a conocer temas relativos al nacionalismo y la identidad, cosas que en Italia no están del todo claras, siendo como es un país relativamente joven.

A continuación se abordan aspectos más individuales, como son el carácter, el comportamiento y los hábitos de los italianos, dimensiones en las que la influencia familiar (especialmente la materna) tiene un peso no despreciable.

En un tono si cabe más festivo, conoceremos luego acerca del sentido del humor, la cultura y el gusto de los italianos por la diversión: costumbres y tradiciones que en Italia giran (lo habrá supuesto el lector) en torno a la buena mesa, aspecto este en que los italianos son justamente reconocidos mundialmente. El imaginario popular palidece de hecho frente a la gozosa realidad de la gastronomía de Italia, que quien esto escribe ha tenido ocasión de conocer y disfrutar in situ... y la verdad es que el mito se queda corto frente a la maravilla y variedad de cosas que para el italiano son parte de algo tan habitual como el almuerzo.

Volviendo a temas "más serios" conoceremos cómo viven (o padecen) los italianos aspectos algo escabrosos como la política, el mundo del trabajo (donde sin influencias no se llega a ninguna parte) y los distintos sistemas organizacionales con los que estas gentes intentan ordenar (es un decir) su quehacer diario. La primera impresión es de que todo opera en un cierto caos al borde del desastre... y una lectura más minuciosa lo confirma, vaya.

De hecho, el único capítulo de lectura poco grata es precisamente el dedicado al crimen, que en Italia ha llegado a cotas de oscuridad y atrocidad como en casi ninguna parte: la detestable e inevitable Mafia que se inmiscuye en todo y en todos; una lacra de la que los italianos no consiguen librarse, única nota verdaderamente disonante en una cultura tan amante de la belleza, la alegría y el goce de la vida.

A lo largo de todo el libro no hay mala intención pero tampoco demasiada compasión en lo que leemos, aunque siempre prima un tono desenfadado, franco y a ratos algo irónico, cosa que le da frescura a los temas tratados y evita la aridez de un tratado estrictamente sociológico o costumbrista.

El lector verificará ciertas nociones estereotipadas que seguramente tenemos todos al pensar en estas gentes, pero también aprenderá cosas fascinantes e insospechadas de un pueblo que, como todos, trata de sobrellevar sus problemas y disfrutar plenamente tanto de lo simple y cotidiano como de lo fastuoso y espectacular.

Lectura sumamente recomendable para quienes, no pudiendo hacerlo en persona, quieran asomarse de manera amable y desprejuiciada a un grupo humano que tanto ha aportado a la humanidad, más allá de la pasta y la pizza...

P.D. Esta reseña, de tono más bien cándido y liviano, fue escrita hace dos semanas: tenía entonces la intención de publicar varios artículos para sendos libros de esta serie. Sin embargo, los últimos acontecimientos hacen que seguir hablando de los pueblos de Europa o criticando sus costumbres resulte poco adecuado y puede que hasta inapropiado. Pido de antemano disculpas si el presente artículo (dadas las circunstancias) molestara a alguien, pero scriptum est quod scriptum est.