Buscando un poco de levedad en estos tiempos tan graves, vuelvo a la sección del blog dedicada a los "horrores" ortográficos, trayendo a ustedes un caso que acaso recuerde al lector una reseña publicada recientemente.
Aquí tenemos un etiquetado casi anodino por lo habitual: se indica la procedencia de un artículo, primero en inglés como para indicar su país de origen y luego traducido a idioma local. En particular, se trataría de un producto de origen turco, pues se lee Made in Turkey.
Lamentablemente, la traducción al español (que no al francés) confundió alegremente el país con un animal (escritos del mismo modo en inglés) con el resultado a la vista: el comprador está adquiriendo un producto "Hecho en Pavo".
Quedamos entonces entre la sorpresa y la duda de saber si en definitiva estamos leyendo un juicio sobre la astucia del traductor, la inteligencia del comprador o bien de un nuevo y poco avispado país...
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