jueves, 1 de mayo de 2014

Descomposición orbital: obreros en el espacio

En esta ocasión comentaré el relato "Descomposición Orbital" (Orbital Decay) de Allen M. Steele, una novela de ciencia ficción "dura".

La acción se situa en un futuro más bien cercano, en que la humanidad está empezando a construir estructuras algo más ambiciosas que la Estación Espacial Internacional.

Como es de esperar, las corporaciones a cargo de los proyectos de construcción están por maximizar los beneficios, minimizando los costos... o las pérdidas; por ende, no se puede hacer el trabajo con astronautas costosamente calificados, así que los trabajadores son obreros comunes y corrientes. Claro está que se les da algo de entrenamiento para sus labores en el espacio y operan maquinaria más bien sofisticada, pero se trata de personas comunes y corrientes, sometidas a presiones extraordinarias.

La construcción es dirigida con mano de hierro por personal militar y si bien los trabajadores cuentan con algo de apoyo médico y psicológico, el entorno (laboral y físico) es hostil, desgastador y a ratos aterrador.

La obra avanza; con algunos accidentes, ninguno catastrófico (para el proyecto) lo que mantiene la ilusión en los encargados de que todo ha de terminar en plazo y sin problemas. Pero la realidad es que, como en una olla a presión, la acumulación de las dificultades del trabajo, las exigentes condiciones laborales y el escazo descanso y poca recuperación de los obreros han de tener consecuencias.

Después de todo, se trata de personas comunes y corrientes, operando maquinaria más bien sofisticada, en un ambiente tan hostil como puede serlo el espacio.

Cuando leí esta novela quedé hondamente impresionado con la habilidad del autor para deshacerse de todos los adornos y parafernalias con que suele revestirse la ciencia ficción, que rara vez se hace cargo de la realidad humana de los personajes que "transitan" por estos relatos. Quienes hayan tenido la oportunidad de trabajar en una obra de construcción, en un pique minero o en un proyecto de ingeniería civil no tardarán en recordar que de lejos todos esos emprendimientos se ven fascinantes e interesantes...

...hasta que le toca a uno encargarse de una labor concreta, con dificultades y hasta peligros de por medio, amén de plazos, metas y objetivos con los que hay que cumplir si uno quiere seguir ganándose el pan en ese sitio, que de eso se trata a fin de cuentas. Si la instalación es remota, agréguese a eso la soledad, el desarraigo, la nostalgia y otras presiones psicológicas y emocionales que contribuyen al cansancio y al desgaste del trabajador.

Todo eso está perfectamente retratado en esta novela, en la que el autor incorpora algo que la mayor parte del tiempo no forma parte del ambiente laboral: el temor y el esfuerzo por seguir respirando y no morir congelado en el vacío. Esa sensación de precariedad y de permanente amenaza es uno de los aspectos más logrados de este relato.

Así sería, en suma, el trabajo en el espacio: precariedad, temor y la soledad como sólo puede vivirse en la órbita terrestre, a miles de kilómetros de todo y de todos.

Todo ello me inspiró a intentar plasmar esas sensaciones en dos relatos interactivos:  "Goteras" y su secuela "Macetas", que conservaban algunos de los elementos aquí ya descritos. Como la novela reseñada, se trata de ficción, claro está.

La realidad, por supuesto, es que todos días millones de personas trabajan aquí, en la Tierra, en mil y un trabajos desarrollados en ambientes hostiles cuando no remotos, lejos del consuelo y descanso del hogar, la familia y los amigos.

Vaya pues, en este día primero de mayo, mi saludo a todos los trabajadores: los de antes, los de hoy y los que, seguro, vendrán mañana... aquí en la Tierra o donde sea que haya que trabajar para comer.

martes, 29 de abril de 2014

Santiago en 100 palabras: se dice pronto

A raíz de un ejercicio literario reciente, he estado mirando las recopilaciones de microcuentos editadas por el concurso literario Santiago en 100 palabras.

Quienes hayan viajado con alguna frecuencia por el metro de Santiago sabrán de este concurso que consiste en "crear cuentos cortos inéditos y originales, cuyo tema principal debe tratar la vida urbana contemporánea o, en su defecto, la ciudad de Santiago".

Estos microcuentos, además de publicarse en la web oficial, cada dos años se editan en un libro de bolsillo con los 100 mejores cuentos de la últimas dos competencias. Se generan 100 mil ejemplares y se reparten el día 23 de abril, con ocasión del Día Internacional del Libro.

Precisamente, he leído la edición de este año y me he sorprendido gratamente con la chispa, ingenio y la pasmosa habilidad de los autores y autoras, de todas partes de Chile y del mundo, que contribuyen con trozos de ficción ¡brevísima!

Hay de todo, pero predomina el humor y una visión entre juguetona y fantasiosa de la realidad urbana cotidiana: el Realismo Mágico no afloja, por lo visto.

Para quienes disfrutan de los cuentos breves, es una colección absolutamente gratuita de material que no tiene desperdicio.

Recomiendo muchísimo su lectura, sobre todo a los que dicen que no están para cuentos ;-)

viernes, 25 de abril de 2014

Telefonía "mováil" (sic)

Retomando la sección de "gracias" ortográficas que muestran lo que pasa con los anglicismos cuando se mezclan con la venta de tecnologías de telefonía móvil.

Primero, el caso del teléfono inteligente, en su traducción libre para vitrinas:


Y luego, la venta de accesorios para una importante marca norteamericana de teléfonos para gente sofisticada:



Como ven, hay para todos los gustos...

miércoles, 23 de abril de 2014

Grises

No puedo soportar el cine en blanco y negro... ni las fotografías de ese tipo, ya que estamos. Me enferman.

Las veo y sólo puedo pensar en la muerte, omnipresente, inescapable y caprichosa como el clima.


Todo empezó hace unos diez años. Iba yo por la calle ocupado en mis asuntos cuando noté algo raro: al lado mío caminaba una persona que no tenía colores, como si fuera un recorte en blanco y negro de la realidad.

Estupefacto, me miré las manos, la ropa, el resto de las cosas al rededor... y todo seguía como siempre, con sus colores más o menos deslavados o brillantes.

Excepto ese peatón anónimo.

Me quedé helado, mirándolo alejarse hasta el cruce de peatones, dónde fue atropellado en ese momento junto a tres personas más.

Al acercarme con otros curiosos, pude ver que las personas heridas se habían vuelto grises también.

Y me desmayé.


Me desperté en el hospital... y desde entonces he procurado nunca más pisar una institución en que se trate a enfermos, a los que por cierto visito muy poco.

Fue horrible.

Las paredes blancas del hospital servían de marco perfecto para personas en camillas, gente que entraba a paso lento o que, horror de horrores, salían con una sonrisa en los labios del lugar.

Todos grises.

Me levanté de la camilla en que me habían dejado, esquivé a dos enfermeras (una estaba gris) y salí corriendo de ahí.


Desde entonces, he ido afinando las "limitaciones" de este "don".

Debo estar presente, al lado del "gris": no funciona con la tele, el cine, las fotos o Internet; tampoco con larga vistas o telescopios (tuve un periodo bastante obsesivo, vaya).

El "aviso" es variable, pueden ser días o minutos; no importa si a la persona no la conozco ni de broma o si es (era...) mi amigo de toda la vida.

Ni qué decir tiene que en general evito las aglomeraciones y he acomodado mi trabajo (y mi vida, qué diablos) para evitar mucho el contacto humano...

...pero, como ya dije, la muerte es omnipresente, inescapable y caprichosa como el clima.


A los parques ya ni me asomo. Los niños...


Voy camino de mi trabajo, caminando como de costumbre sin mirar a nadie, cuando de pronto todos se han vuelto grises.

Absolutamente todos.

Me miro en una vitrina y sí, yo también me he vuelto gris.

¡El cielo, de la nada, se ha


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Este cuento se hizo a partir de un sueño muy especial, de una persona muy especial...

En mis tiempos...

Un poco de humor tecnológico a propósito de los e-readers, cortesía de Risasinmas.com

martes, 15 de abril de 2014

Delta Green: Cthulhu hoy

"Deception is a right. Truth is a privilege. Innocence is a luxury."

Con esta alegre premisa se plantea  Delta Green, una expansión lúdica y literaria del juego de rol "La llamada de Cthulhu" (Call of Cthulhu) basado en el ciclo de horror cósmico creado por H. P . Lovecraft.

Ahora bien, si los relatos originales se situaban a principios de siglo XX, Delta Green se ubica en nuestra actualidad inmediata: hoy

En la ficción del relato, la génesis del grupo ocurre justo después del ataque del gobierno federal narrado en el relato "La sombra sobre Innsmouth" (The Shadow over Innsmouth). Enfrentado con la magnitud del "problema", el gobierno de los EE.UU. comienza a prepararse en forma "oficialmente no oficial" para la batalla contra las fuerzas sobre naturales que invadieron, invaden e invadirán nuestra realidad.

Los primeros "escarceos" del "grupo" ocurren en la Segunda Guerra Mundial, conflicto en que las fuerzas aliadas "ocultas" intentan negarle al enemigo recursos sobrenaturales que podrían terminar con la guerra (y de paso, con la vida en la Tierra), esfuerzos que pueden verse en la novela Denied to the Enemy.

Luego, vendrán mil y un enfrentamientos en los que Delta Green, más mal que bien, lucha en desventaja y con éxito relativo ("bajas aceptables") contra fuerzas bastamente superiores... hasta que una operación desastrosa en Camboya en 1969 determina que el gobierno "oficialmente y oficiosamente" cierre y desbande el "grupo"...

... que se niega a desparecer del todo. Convencidos de la continua necesidad de su misión, los miembros de Delta Green seguirán reclutando y formando redes de apoyo dentro del gobierno, al margen del gobierno... e incluso en contra del gobierno, que ya ha hecho "tratos sucios" con extraterrestres, en una carrera armamentista desesperada y sedienta de poder.

Pueden leerse estos episodios posteriores en las novelas "The Rules of Engagement" y "Through a Glass, Darkly" amén de las recopilaciones de cuentos "Alien Intelligence",  "Dark Theatres" y "Strange Authorities" en los que el lector podrá sumergirse en esta versión ¡modernísima! de horror lovecraftiano, algo que por lo visto tiene varios cultores.

Al margen de la ficción publicada a la venta, existe abundante ficción publicada gratuitamente, tanto novelas como colecciones de relatos cortos, en documentos electrónicos (más información vía los comentarios de este post) o en línea, por lo que hay material suficiente para darse el gusto sin co$to.

Son relatos muy bien construidos, con mucha intriga, acción y personajes ricos en matices; personas muy preparadas y motivadas aunque en general algo agotados por la lucha, a veces suicida, contra los otros.

Recomendados para todos los que gustan de los relatos de Cthulhu y Cía, las novelas de conspiraciones y la acción de fuerzas especiales...

...nunca mejor dicho que en el caso de los y las agentes de Delta Green.

lunes, 14 de abril de 2014

Escalera

“¡Vamos, papá!”, me grita mi hijo y,  sin darse vuelta para ver si lo sigo o no, parte escalera arriba por la acrópolis de Ek Balam, un sitio arqueológico en la riviera maya.

Cuando les mostramos videos en Santiago los niños estaban algo indiferentes, por lo que me sorprende el entusiasmo del chico y voy tras él; con algo más de cuidado, pero feliz.

Llegamos al altar del jaguar y vemos todo desde lo alto: la selva, los palacios, la gente, tan pequeñita... y la empinada escalera de bajada.

Nos miramos.  “¡Vamos!” dice riendo el  niño, y desciende.

Lo sigo.

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Este relato fue presentado a un concurso literario en mi gerencia: cuentos de temática estival y de no más de 100 palabras.