No toda la literatura seria es forzosamente aburrida y no todo lo que es divertido es necesariamente humorístico.
Sin ir más lejos, en este blog el lector encontrará literatura de ensayo que no por ello es de lectura árida o falta de humor; aquella, probablemente, es la que mejor enseña y permite aprender o acaso mejorar a las gentes: castigat ridendo mores sigue y seguirá siendo cierto... y quiero pensar que este blog ha servido en algo como aporte de aquello (mercí, Jean).
Dicho eso, en esta ocasión comentaré el libro "La guía xenófoba de los italianos" (The Xenophobe's Guide to the Italians).
El libro pertenece a una amplia serie, cuya primera toma de contacto fue en una librería inglesa donde encontré el libro relativo a (¡sorpresa!) los ingleses. A poco leerlo me di cuenta de que se trataba de una obra amena, informativa y divertidísima, por lo que lo adquirí de inmediato y lo devoré en cuestión de un par de horas.
Desde entonces, he ido leyendo distintos episodios dedicados a varias nacionalidades y nunca me he arrepentido con ninguna de mis experiencias a la fecha.
He decidido reseñar primero el volumen dedicado a los italianos, quizás por cierta afinidad cultural que tengo con esas gentes: he tenido ocasión de alternar y vivir con varias personas de esa nacionalidad o con lazos con esa cultura y la verdad es que me picaba un poco la curiosidad el conocer la perspectiva que podía tener este libro, especialmente por el enfoque más humorístico que académico que caracteriza la serie.
A diferencia de otro caso ya reseñado en este blog, cada uno de estos libros en general es de extensión breve, exhaustivos en cuanto a la variedad los temas tratados pero con no demasiada profundidad en cada ítem tratado.
La lectura nos introduce primero que nada al contexto actual de Italia dentro de la Unión Europea, partiendo por la visión que los habitantes de los países vecinos y extranjeros en general tienen de los italianos, para después comparar cómo los italianos ven a los demás (gli altri), con una lucidez y candidez desarmantes.
Pasaremos luego a conocer temas relativos al nacionalismo y la identidad, cosas que en Italia no están del todo claras, siendo como es un país relativamente joven.
A continuación se abordan aspectos más individuales, como son el carácter, el comportamiento y los hábitos de los italianos, dimensiones en las que la influencia familiar (especialmente la materna) tiene un peso no despreciable.
En un tono si cabe más festivo, conoceremos luego acerca del sentido del humor, la cultura y el gusto de los italianos por la diversión: costumbres y tradiciones que en Italia giran (lo habrá supuesto el lector) en torno a la buena mesa, aspecto este en que los italianos son justamente reconocidos mundialmente. El imaginario popular palidece de hecho frente a la gozosa realidad de la gastronomía de Italia, que quien esto escribe ha tenido ocasión de conocer y disfrutar in situ... y la verdad es que el mito se queda corto frente a la maravilla y variedad de cosas que para el italiano son parte de algo tan habitual como el almuerzo.
Volviendo a temas "más serios" conoceremos cómo viven (o padecen) los italianos aspectos algo escabrosos como la política, el mundo del trabajo (donde sin influencias no se llega a ninguna parte) y los distintos sistemas organizacionales con los que estas gentes intentan ordenar (es un decir) su quehacer diario. La primera impresión es de que todo opera en un cierto caos al borde del desastre... y una lectura más minuciosa lo confirma, vaya.
De hecho, el único capítulo de lectura poco grata es precisamente el dedicado al crimen, que en Italia ha llegado a cotas de oscuridad y atrocidad como en casi ninguna parte: la detestable e inevitable Mafia que se inmiscuye en todo y en todos; una lacra de la que los italianos no consiguen librarse, única nota verdaderamente disonante en una cultura tan amante de la belleza, la alegría y el goce de la vida.
A lo largo de todo el libro no hay mala intención pero tampoco demasiada compasión en lo que leemos, aunque siempre prima un tono desenfadado, franco y a ratos algo irónico, cosa que le da frescura a los temas tratados y evita la aridez de un tratado estrictamente sociológico o costumbrista.
El lector verificará ciertas nociones estereotipadas que seguramente tenemos todos al pensar en estas gentes, pero también aprenderá cosas fascinantes e insospechadas de un pueblo que, como todos, trata de sobrellevar sus problemas y disfrutar plenamente tanto de lo simple y cotidiano como de lo fastuoso y espectacular.
Lectura sumamente recomendable para quienes, no pudiendo hacerlo en persona, quieran asomarse de manera amable y desprejuiciada a un grupo humano que tanto ha aportado a la humanidad, más allá de la pasta y la pizza...
P.D. Esta reseña, de tono más bien cándido y liviano, fue escrita hace dos semanas: tenía entonces la intención de publicar varios artículos para sendos libros de esta serie. Sin embargo, los últimos acontecimientos hacen que seguir hablando de los pueblos de Europa o criticando sus costumbres resulte poco adecuado y puede que hasta inapropiado. Pido de antemano disculpas si el presente artículo (dadas las circunstancias) molestara a alguien, pero scriptum est quod scriptum est.
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