El género de misterio no es extraño a este blog, pues es un tipo de ficción que, sin llegar a los extremos del horror, mantiene vivo el interés y (a su manera) atrapa al lector.
Complemento de ello es mi interés por todo lo que tiene que ver con Japón, tanto lo histórico como lo costumbrista... y todo eso se da cita en los relatos de "Hanshichi. Un detective en el Japón de los Samuráis" del autor japonés Kidō Okamoto.
El protagonista trabaja como detective durante el final del periodo Edo: un tiempo en el que la tradición aun es importante, así como otros elementos culturales que complicarán no poco a Hansichi: las creencias (algunas milenarias) en aparecidos, fantasmas y un sin fin de criaturas del aire, el agua y la tierra.
Las atribuladas víctimas creen a pie juntillas en todo ello, lo que obligará al investigador a aplicar todo su ingenio, astucia y una paciencia minuciosa y metódica, buscando las verdaderas causas detrás de cada ilícito, que siempre han de ser más mundanas que sobrenaturales, pues los criminales, entonces como ahora, en Japón y en cualquier parte, cuentan con la ingenuidad de las gentes para hacer lo suyo: que si hay supersitición de la cual hechar mano, tanto mejor.
Nada de ello parece importarle al detective y la sutil prosa, llena de delicada ironía y humor, dan buena cuenta de ello.
A diferencia de otra novela aquí comentada, este sí es un relato jenuinamente japonés, tanto en su estilo narrativo como en sus personajes, sus preocupaciones y los temas generales de cada caso que Hansichi tendrá que resolver.
El lenguaje, por supuesto, ha sido traducido al español moderno, lo que en nada resta lucimiento a esta estupenda seguidilla de lances detectivescos, que harán las delicias de quienes gustan de este tipo de cuentos.
Una muy recomendable lectura para entretenerse y conocer un trozo de la historia de Japón que incluso para los propios japoneses es de un tiempo casi mítico...