lunes, 14 de abril de 2008

La Vida Sigue

Últimamente he estado complicado con temas familiares, domésticos y, bueno, personales que me han mantenido alejado del blog, pero vuelvo a tener un poco de tiempo (y de ánimo) para escribir un poco sobre las cosas que me gustan y que tiene que ver con la letra impresa.

Digo ánimo porque hace poco más de un mes ha nacido mi sobrina... y el mismo día (casi a la misma hora) se ha muerto uno de mis mejores amigos; por muchos años fue mi vecino y compañero de juegos de mi infancia, luego amigo durante la adolescencia y también en los inicios de mi vida adulta... en fin, una persona que fue una parte importante de mi vida, y que simplemente ya no está.

Siendo optimista, lo que corresponde hacer (más allá del duelo) es "echarle pa'lante" y no dejarse abatir por la pena; valorar la vida y sobre todo aprovechar el ejemplo que Carlos me dejó en vida: vivir alegremente todos los días, aprovechándolos al máximo.

Así pues, la vida sigue, y este artículo trata de un libro (ilustrado, por cierto) que durante mucho tiempo perseguí y que finalmente conseguí usado aunque en buen estado... y que por supuesto, enseguida fue reeditado (Murphy siempre gana ¿no?). El libro trata, precisamente, de cómo La Vida (así, con mayúsculas) sigue adelante, a pesar de todo.

El libro "After Man: A Zoology of the Future" ("Después del Hombre: Una Zoología del Futuro") nos muestra la visión de Dougal Dixon sobre cómo continua el fenómeno de la vida en la Tierra después de la eventual extinción del hombre; la ya clásica ecuación que dice que:

(ecología + hombre) / economía = desastre

La imaginación del autor se desborda al mostrarnos un mundo habitado por las plagas que sobrevivieron nuestra debacle civilizada y que se han adaptado al punto que, 50 millones de años más tarde, la Tierra es un mundo nuevamente poblado con criaturas reconocibles... pero no tanto.

Así, los grandes mamíferos de nuestra época han cedido el paso a aves y roedores que presentan nuevas y fascinantes formas, al ir adaptándose y llenando los nichos ecológicos (dejados vacantes por sus ya extintos dueños). Persiste el equilibrio reconocible de presas, depredadores, carroñeros... en ingeniosísimas variaciones sobre el tema.

Pese a la controversia suscitada por la escaza ortodoxia del autor, el libro se mantiene entre las listas de obras destacadas por su aproximación al tema de la evolución especulativa. Absolutamente recomendable para los que gustan de la observación de la fauna en cualquier época: pasada, presente... y tal vez futura.

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