sábado, 27 de febrero de 2021

El marciano: Robinson Crusoe en Marte

 

Paso a reseñar la novela "El marciano" (The Martian) del autor estadounidense Andy Weir.

Se trata de un relato de ciencia ficción dura de futuro cercano, pues la narración nos sitúa a mediado del siglo XXI, en los inicios de la colonización del planeta rojo. No pueden ustedes imaginarse cómo se siente haber escrito la oración anterior, con semejante soltura, para alguien que nació en 1969...

La acción se inicia en los primeros días de la también primera misión terrestre (de la NASA pero con astronautas europeos y "yanquis") en intentar un asentamiento humano en Marte. Las cosas van según el plan hasta que una tormenta severa amenaza el campamento al punto de imponerse una evacuación de emergencia. El apresurado procedimiento se cobra la vida de uno de los astronautas, abandonado y dado por muerto durante la huida a la nave de despegue.

El drama se desencadena precisamente porque el protagonista, Mark Watney, es un cadáver que goza de muy buena salud: las señales biométricas de su traje fueron destruidas durante al accidente, paradojalmente salvándole la vida. Abandonado, solo y a merced de un ambiente imposiblemente hostil, Mark no se resigna a su suerte y decide que tratará de afrontar las circunstancias hasta que pueda ser rescatado...

...cosa que no se ve fácil: sus provisiones son escazas, los tiempos entre misiones son largos y hay importantes distancias entre campamentos base; todo ello contribuye a que este náufrago del espacio tenga que estrujar su ingenio, conocimientos y resiliencia a extremos que por momentos superan su condición humana. El humor y cinismo de Mark, sin embargo, están a la altura y por encima de todo, manteniendo vivo el interés y la esperanza del lector de no estar siendo testigos de la crónica de un desastre.

Por otra parte, Mark no está totalmente solo: otras voluntades ajenas a la suya también tendrán que superar el asombro por su supervivencia, sumando múltiples manos y mentes para mover cielos y tierra (no es una expresión, vaya) para prestarle ayuda; por motivos altruistas y otros no tanto.

Estamos ante un relato fascinante en sus matices y contrastes: muy técnico, con elementos científicos sumamente sofisticados y duros en su crudeza y realismo, pero a la vez conmovedoramente humano, ya que tanto Mark como el resto de los personajes tendrán que sacar lo mejor y lo peor de sí mismos para salir adelante de una situación que de imposible tiene muy poco; esta alternancia de puntos de vista enriquece la narración, en modo alguno desviando la atención de lo importante.

Se mezclan aquí el relato futurista y sus aspectos de reflexión sobre nuestra condición humana con el drama, el peligro y la emoción de la exploración de nuevos horizontes, cosas todas que por lo visto no han de cambiar muy pronto, en este o en otros mundos.

Lectura absolutamente recomendable para quienes gusten de la ficción de desastres o de exploración, especialmente si el lector piensa que tener los pies bien puestos en la tierra sirve para evitarse problemas.

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