sábado, 13 de marzo de 2021

Ready Player One: el juego no termina en Game Over


Paso ahora a comentar la novela de ciencia ficción de futuro cercano "Ready Player One" (Ready Player One) del autor estadounidense Ernest Cline.

 
El relato comienza en el año 2044. La tierra está pasando por una severa crisis económica, derivadas de problemas de escasez energética y calentamiento global.

El protagonista, Wade Owen Watts es un joven huérfano que malvive con su tía en un suburbio pobre de Oklahoma. La vida real es difícil cuando no desagradable, por lo que, como la mayoría de las gentes, Wade se evade la mayor parte del tiempo en OASIS, un juego de realidad virtual que opera a la vez como sociedad virtual y juego de rol masivo. En ese medio Wade va a la escuela y en su copioso tiempo libre participa afanosamente en una fenomenal búsqueda de tesoro.

Ocurre que James Donovan Halliday, el creador de OASIS, inició un juego al morir: quien primero encuentre las llaves escondidas en esta realidad virtual heredará la fortuna de Donovan y será además el dueño y controlador absoluto de OASIS. Dado lo interesante del premio, pues el dinero virtual de OASIS y su economía son más estables que los "reales", los buscadores de estos huevos de pascua son legión y la competencia es denodada e incesante... y más bien despiadada, máxime toda vez que, pasados 5 años de la muerte de Donovan, nadie ha encontrado siquiera la primera de las llaves; el propio Donovan señaló al morir que quien se adentrara en cultura popular y videojuegos podría encontrar pistas para su búsqueda, pero ningún cazador de tesoros ha sabido aprovechar esas indicaciones.

Hete aquí que Wade, fruto de sus propias investigaciones ha logrado lo que nadie antes y ha encontrado la Primera Llave y abierto la Primera Puerta...

...y todo cambia para Wade y la competencia. El cuasi anonimato de su avatar "Parcival" desparece por completo, su repentina riqueza "virtual" le abre las puertas a medios económicos y se vuelve objeto de interés de todo el mundo; colegas buscadores con los que formará alianzas, seguidores más o menos desinteresados y sobre todos: Nolan Sorrento, un ambicioso ejecutivo de la mega corporación Industrias Online de Innovación (IOI). Sorrento cuenta con un ejército de buscadores bajo nómina y quiere, a toda costa, ser el ganador de la competencia y ser el único dueño de OASIS: con Wade o a pesar de él.

Wade tendrá que luchar contra Sorrento y sus secuaces, fuera y dentro de la ley, en el mundo virtual y en el mundo real, mientras busca las pistas que le faltan, explorando para ello las relaciones humanas (terreno del todo desconocido para él) que fortalecerán o arruinaran sus alianzas con otros cazadores... y por otra parte sumergiéndose cada vez más en la vida, hechos y universo personal de Donovan, en los cuales espera encontrar las claves para ir descubriendo las llaves que faltan.

Como suele ocurrir en la buena ciencia ficción, esta narración de ciberpunk distópica es tecnológica y futurista pero a la vez profundamente humana, ya que sólo superando sus propias carencias en lo emocional y lo moral es que Wade logra progresar, pues pronto descubre que sólo en los demás, en su colaboración y mutuo beneficio, es posible avanzar: ya sea en la búsqueda de tesoros de OASIS como en la vida que empieza a vislumbrar más allá de la realidad virtual.

Al igual que el Parcival arturiano, Wade emprenderá su propia búsqueda en pos del amor y la felicidad con los demás, un Grial que se vuelve mucho más importante que el dinero, OASIS o las maquinaciones de IOI y Sorrento.

Estamos, en definitiva, frente a una narración fascinante y un deslumbrante relato de aventuras, muy recomendable para los que están empezando a vivir parte de su vida en estas nacientes comunidades virtuales... y tanto más para los que nacimos cuando nada de esto existía, ni siquiera como ciencia ficción.

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