lunes, 29 de octubre de 2007

Aventuras de la Vida Real

Continuando mi revisión de géneros de aventuras, en esta ocasión revisaremos aventuras de lo cotidiano, de la vida misma: el costumbrismo.

La verdad, es este un tipo de literatura (y de aventura) bastante especial, pues nos permite mirarnos con un poco más de detenimiento y ver que nuestros problemas, el día a día, son muchos menos terribles o apasionantes de lo que pensamos y que, con un poco de perspectiva, podemos reírnos de todo ello y, como decíamos en Chile, "tomarnos la vida con un poco de Andina": livianamente y sin tanta ansiedad.

Hay varios ejemplos de aventuras costumbristas donde, inevitablemente, se visita también no poco el humor. Puedo recomendar:

  • La Aventura Rural: la "apacible" vida del campo, en unas cuantas viñetas graciosas. Ojo con los animales, son algo más que paisaje.
  • El gorrón del tren: andar en tren gratis puede no ser tan fácil, después de todo.
  • Resaca: ya citada en un artículo anterior, pero imperdible. Entrar a casa, pasado de tragos, con una mujer de oído finísimo... menudo problema.
  • Aluzine: especial para estudiantes de ingeniería y trasnochados afines o "porqué no es bueno mezclar la falta de sueño con matemáticas avanzadas".
  • B1: intentar pasar un examen de manejo, todo un clásico.
  • Niño Malo: especial para padres; eres un niño que está castigado sin salir, encerrado en el piso superior de tu casa, vigilado por la perversa niñera. Tu misión es, claro, salir de la casa
Como siempre, para jugar a estas y otras aventuras es necesario descargar primero el archivo de juego de cada aventura y luego instalar un intérprete que los lea . Si tienen Windows, instalen este conveniente todo-en-uno. Para otros sistemas operativos o plataformas (incluyendo PDAs), encontrarán lo necesario aquí.

¡Hasta pronto!

1 comentario:

  1. Bueno, soy el autor de "Aluzine", y me alegro de haber aparecido en la lista, pero creo que mi aventura costumbrista más conseguida es "¡Qué noche!".

    Se le puede echar un ojo aquí:

    ¡Qué noche!

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